Me gustaría comenzar el blog hablando de mi experiencia personal y profesional, en la que una vez más me doy cuenta de cuan maravilloso es el trabajo que hacemos con las manos, el arte de curar. En este caso, desde mi experiencia personal, os contaré cómo tratamos el estrés de mi bebé post-parto.
Un parto rápido puede llevar a diferentes complicaciones
Hace poco di a luz a mi segunda hija. Tuve un embarazo muy bueno que me permitió trabajar a pleno rendimiento en mi profesión como fisioterapeuta osteópata hasta el final y a pleno rendimiento en mi casa -que con mi otra pequeñina es un extra-.
El parto fue muy rápido. Estaba dilatada de seis centímetro sin darme cuenta y el expulsivo fueron cuatro empujones. Lo que le pasó a mi pequeña a continuación parece ser es frecuente en partos rápidos.
Le entró líquido en los pulmones y nació sin esfuerzo respiratorio, le practicaron IPPV que es un tipo de ventilación positiva intermitente y después recibió CPAP. A la hora de recibir este tratamiento me devolvieron a mi peque, todo estaba bien, había sido un pequeño susto.
Feliz y agradecida eternamente al equipo médico que atendió a mi hija.
Tras este problema, sin embargo, mi ojo clínico enseguida se dio cuenta que, por un lado, presentaba un estrés postraumático. Estaba excitadísima, no paraba de llorar… normal si pensamos en todo lo que le había sucedido: ella salía feliz por el canal del parto y de un momento a otro luces, estrés, tubos, su madre llamándola sin poder tocarla….
Por otro lado, observé que tenía un espasmo del músculo nasal que hacía que respirara molesta y no cogiera suelta el pecho. Tenía un bloqueo de la sutura fronto-nasal, espasmo de los escalenos, ligera tortícolis derecha, tensión en la sutura occipito-mastoidea, restricción de la movilidad torácica y de la fascia pleural derecha.
El tratamiento del estrés post-parto en un bebé
Mi hija tuvo mucha suerte, ya que enseguida recibió tratamiento de fisioterapia y osteopatía. Me puse manos a la obra y fui reequilibrando todas las tensiones, quitando los bloqueos suturales y normalizando el ritmo cráneo-sacro. Tanto es así que enseguida cambió su actitud y comenzó a relajarse, dormir y coger el pecho mucho mejor.
Necesitó continuidad en el tratamiento para evitar la plagiocefalia, debido a la tortícolis que presentaba, pero a día de hoy está fenomenal.
En definitiva, con mi propio ejemplo, os quiero trasladar la necesidad de revisar a los bebés que vengan tanto de partos difíciles como fáciles, cuanto antes mejor, para que puedan entrar en la vida sin tensión y con una experiencia relajada en contacto con su madre, liberados del primer trauma.
Si has tenido alguna experiencia similar a la que te hemos relatado, en Arcu podemos ayudarte a tratar el estrés post-parto de tu bebé.
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